En toda comunidad debe haber un presidente que es nombrado entre los distintos propietarios mediante elección, turno rotatorio o sorteo.
Además, puede existir un secretario o administrador que puede ser una misma persona.
El cargo de administrador puede ser ejercido por alguno de los propietarios o por un administrador de fincas.
Todo propietario está obligado a desempeñar el cargo de presidente, pero si no quiere aceptarlo puede solicitar ante el Juzgado de Primera Instancia, dentro del mes siguiente a su acceso al cargo, ser relevado de tal obligación alegando razones que le impidan cumplir las funciones del cargo.