El proceso de desahucio termina por orden judicial un contrato de alquiler y obliga al inquilino a desalojar el inmueble que está usando ilegalmente.
El propietario acude al piso en cuestión, junto con un representante del Juzgado para expulsar a los morosos.
Después de volver a tomar posesión del inmueble, es conveniente que el propietario cambie las cerraduras o ponga un nuevo candado.