En principio, son las propias entidades las que desarrollan todo el proceso.
Sin embargo, y sobre todo en los casos que se prevén más conflictivos y prolongados en el tiempo, muchas entidades financieras delegan a empresas externas contratadas por la propia banca para gestionar estos cobros.
Si transcurrido tres pagos, la actitud persiste, se inicia el proceso de embargo, con el correspondiente traslado de datos a las agencias de impagados.