Algunos ejemplos:
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Molino: Entre los distintos tipos, destaca el de viento, caracterizado por su construcción aerodinámica, preferentemente cilíndrica, y de gran altura para poder alojar las aspas, lo que le habilita como un tipo de vivienda muy original.
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Hórreo: Por las características definidas anteriormente, suele usarse para pequeños apartamentos.
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Caserío: En su caso, se caracteriza por la solidez de su construcción y por su gran amplitud, idóneo para la ubicación de casas rurales –número de habitaciones, dos alturas, amplitud de terreno, calidad de materiales…-.
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Pazo: No en vano, la palabra procede de ‘palacio’ -‘pallatium’-, por lo que es todo un ejemplo de casa señorial, indicada para la hostelería o las grandes propiedades.
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Cigarral: En este caso, está más caracterizado por la extensión conjunta de terreno+edificación que por la propia vivienda en si.
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Cortijo: Requería una gran amplitud, al enclavarse en explotaciones agrícolas y ganaderas, con espacio para jornaleros, propietarios, ganado, almacenaje, etc.